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18/10/10


"Yo amo los mundos sutiles, ingrávidos y gentiles, como pompas de jabón..."
                                         Antonio Machado

12/10/10

José Zuleta Ortiz


Nació en Bogotá el 23 de octubre de 1960, vive en Cali desde 1.969



Fundador y codirector de la Revista de Poesía Clave. http://www.revistadepoesiaclave.com/ y codirector de la revista Odradek, el Cuento http://www.odradekelcuento.com/  
Orienta el programa Libertad Bajo Palabra en 10 cárceles de Colombia.    


Distinciones: 
Ganador del Primer premio nacional de poesía "Carlos Héctor Trejos" 
Riosucio Caldas 2002, con el libro "Las Alas del Súbdito."    
Premio Nacional de Poesía  "Descanse en Paz la Guerra" con la obra "Música Para Desplazados," convocado por la Casa de Poesía Silva de Bogotá en Mayo 23 de 2003
Segundo Premio Internacional de poesía convocado por la Universidad De San Buenaventura, con el libro Las Manos de La Noche  Cali Abril de  2007 
Premio Nacional de Literatura Ministerio de Cultura de Colombia 2009 con el libro de cuentos Ladrón de olvidos  


Ha publicado:
La Alas del Súbdito       (Poesía) 
La Línea de Menta        (poesía) 
Mirar Otro Mar               (Poesía)
La Sonrisa Trocada       (Relatos)
Emprender la Noche      (Poesía)
Las manos de la noche  (Poesía) 
   
En la web:

 En el centro virtual Isaacs 
  Su blog



Desde el jardín 

En un hilo desciende… 


Instalada en el aire
teje la transparencia,
atrapa vuelos en la urdimbre    
y amortaja con sedas claras,  
las víctimas de su ingenio invisible.


Amanece, 


la lluvia y el sol 
han hecho de su red una gran lámpara:
pendiendo de los hilos del aire 
miles de gotas atrapan la luz,   
el collar de cuentas líquidas relumbra, 


arañando el aire 
por una hebra libre sube al milagro.






  Restauración 


            Nave donde viajan los sueños 
            fuego donde se cocinan los días
mansa estación 
amparo de intemperies
en su luz restaurada 
florecen las palabras


Sobre frescas baldosas 
                                   nuevos pasos pasan
la brisa doméstica en el patio
                    entretiene la tarde
están en el hombre  
                                 las pisadas de arroz de la torcaza


las manos del muchacho 
son de música 
la voz de Pablo conoce 
                                               los zócalos bermejos


y las blancas alturas encaladas. 
            La casa,  mansa estación 
                                                de horas serenas


de olvidos y fulgores 
                                   de llegadas tardías… 


 la razón oscila 
 abraza desvaríos la mañana
tal vez la lluvia escampará en la tarde 


tal vez el sol riegue las flores,
al fondo 
                        cantan,
                                               la jaula vacía
                                                              una sombra asustada 
                        en el pecho 


                                    un corazón toca la seda.


                     A Horacio Benavides 







Sueño del injusto


Les he visto abatidos 
bajo la sábana de alguna vecina
ocultos ya los actos del silencio
libres de los designios del cielo
la huída sin pausa concluida.
La veloz furia sosegada.
Los tatuajes y las cicatrices 
medallerías de la breve carrera,
serenos, afín plácidos, cubiertos 
por el sudario del silencio
he visto a los muchachos 
en la paz del pavimento.   






Motel Santa Bárbara


La portera  
Indica el lugar a los amantes,
espera a que el auto entre, 
cierra la puerta… 
cansada
en el fondo de la noche 
dormita entre gemidos, 
música de placeres,  
quejumbres, ahogamientos…


sueña:  Un muchacho le canta, 
sueña su alegría y su risa respirándola,
sus aguas se incendian  
un vuelo la recorre
el coro de felices lamentos 
la despierta,
no sabe ya, si será de ella el sonido de esa dicha.








Visita conyugal


La muchacha va a la visita conyugal
lleva un tesoro oculto en su vientre
después de ser sellada 
pasa la primera puerta, 
manos de centinela la tocan 
le miran los pechos,  
revisan sus nalgas, requisan su sexo,
La dejan seguir…
Llega a la segunda puerta.  

Pronuncia el nombre de su hombre,
él viene por ella. 

En la celda  sacan de su adentro 
una sustancia exquisita.

La fuman… retozan 
Él la sella con sus labios   
mira sus pechos, 
las manos que aguardaron la tocan 
revisa sus nalgas, requisa su sexo      
traspasa la puerta, pronuncian  sus nombres, 
algo se libera…

La muchacha sale de la visita conyugal, 
no sabe que lleva un tesoro oculto en su vientre.






Grumete 


Aquí, mientras arde la noche 
comprendo: sólo fui 
un tripulante más 
de tu  espléndido cuerpo  
que viaja a la deriva.








Tomados de las manos


Hace años 
las ardillas viajaban 
de la costa atlántica 
a la costa pacífica,   
de rama en rama
sin bajar al suelo.
Era cuando los árboles 
estaban tomados de las manos
jugando a la ronda de los bosques.







30/3/10

Elvira Alejandra Quintero

Elvira Alejandra Quintero Hincapié

Nació en Cali, Colombia, el 11 de mayo de 1960.

Sus primeros poemas fueron publicados en 1979 en El Semanario del periódico El pueblo (Cali) y en la Revista de la Universidad del Valle y en 1982 los poetas Aníbal Arias y Javier Tafur publicaron su primer libro Hemos crecido sin derecho en el Proyecto Editorial Altazor.

Es Arquitecta y Magíster en Literaturas Colombiana y Latinoamericana. Su tesis de grado El pozo de la escritura, corresponde a su investigación sobre la primera novela del escritor uruguayo Juan Carlos Onetti, El pozo.

Fue ganadora en 1984 del Premio de poesía Antonio Llanos, en 1999 del Premio Nacional de poesía Ciudad de Chiquinquirá y en 2004 del Premio de Poesía Jorge Isaacs de Autores Vallecaucanos. Fue finalista en el Premio Héctor Rojas Herazo en 1983 y en el Premio Nacional del Ministerio de Cultura en 1998.

Ha publicado los libros de poesía Los nombres de los días, La Mirada de Sal, La Ventana-Cuaderno de Ana Ríos, La Noche en Borrador y Hemos crecido sin derecho y ha participado en Antologías de Colombia y otros países.

A partir de 2003 se vincula como profesora de literatura en la Facultad de Ciencias Humanas y Sociales de la Universidad del Cauca. Actualmente (2010) realiza estudios de Doctorado en Letras en la Universidad Nacional del Sur, en Bahía Blanca, Argentina, donde investiga sobre la obra del escritor colombiano Andrés Caicedo.

Blog: http://elviraalejandraquintero.blogspot.com/



Bibliografía

El pozo de la escritura. Enunciación y narración en Juan Carlos Onetti: Colección Trabajos de la Maestría. Escuela de estudios literarios, Universidad del valle, Cali, 2009.

Los nombres de los días: Colección Poemas Humanos, Ediciones Veramar & Revista Escarabeo, Bogotá, 2008.

La Mirada de Sal: Premio Jorge Isaacs 2004, Biblioteca de Autores Vallecaucanos, Cali, Colombia, 2005.

La Ventana-Cuaderno de Ana Ríos: Colección Escala de Jacob, Universidad del Valle, Cali, 2002.

La Noche en Borrador: Premio Nacional de Poesía Ciudad de Chiquinquirá, Alcaldía de Chiquinquirá, Colombia, 2000.

Hemos crecido sin derecho: Editorial Altazor, Cali, 1982.

 
El goce (Los nombres de los días)


Ella habita el mundo que le dejó su padre.
padre recio y tierno,
Cuando se levantaba en la niñez a jugar frente al espejo,
Haciendo muecas para que ella riera.

Parece que se hubiera detenido la vida.
Los días de la pasión en el bosque, con su amado, están tan lejos.
Tan lejana la gloria y la dicha, el deseo de correr en las calles desocupadas.

¿Hace cuánto sus labios no besan?
¿Hace cuánto no recorre la electricidad su cuerpo?

Y los pasos,
¿Hace cuánto la llevan nada más que a los sitios permitidos, bajo toda la luz del día, en qué obediencia?



El olvido (La venta-Cuaderno de Ana Ríos)

La niña que fui se empina para mirarme.
Me da un codazo. Me pregunta si he olvidado la pregunta.
Le digo que no he cesado de repetirla.
Su mirada se vuelve más redonda.
Le digo que no tengo la respuesta, es más, la pregunta ha crecido.
Otra niña se nos acerca intrigada. Soy yo unos años después.
Nos muestra un viejo cuaderno y contonea su cuerpo con vanidad.
Dice que escribe. ¿Recuerdas?
Nos habla de un príncipe que toca el violín y ha desterrado de sus sueños el silencio.
Le digo que se ha ido.
Me grita que no me meta en su vida, que le deje su paz.
Le digo que la perderá lo mismo que al príncipe.
La niña que primero fui interviene. Pregunta si un príncipe es algo tan valioso como para formar la guerra entre nosotras.
Me preocupo.
Temo que las muchachas que después fui aparezcan ahora preguntando cada una por sus tesoros.


Los amigos (La mirada de sal)

Pequeña felicidad trae enero y el tiempo que se estrella en el pasado.
Largas cuentas
Filas donde pasan los amigos haciendo señales aún sin descifrar.
Y dan ganas de cambiar los nombres a ciertas cosas aparecidas bajo el moho de los rincones
Allí donde las imágenes descubren un largo aliento que traían oculto en las palabras, pero entonces no sabíamos que era por eso.
Largas cuentas de días sin verlo como luces que dudan en la distancia.
Como el amor, que pone sus misterios a arder cuando la sombra es pequeña, móvil y quebradiza sobre los charcos donde vuelan los zancudos.
Maravillosos bichos libres, volando sin tiempo sobre el mundo.





25/1/10

Rodrigo Escobar – Holguín


Poeta, ensayista y traductor colombiano. Arquitecto (Universidad del Valle) y magister en planeamiento regional y urbano (Universidad de Edimburgo). Nacido en Florida, Valle del Cauca, en 1945. Obtuvo su primer premio en poesía en un concurso entre alumnos de la Universidad del Valle en 1965. En 1983 ganó el tercer premio del Concurso Nacional de Poesía del Departamento Administrativo del Servicio Civil;  en 1984, el primer premio. En 1987 ganó el premio nacional de poesía de la Casa de la Cultura de Montería. Es un estudioso de las literaturas orientales, en especial de la china y la japonesa. Ha traducido a poetas bengalíes, chinos, japoneses, húngaros. Hasta 2008 ha publicado dos libros de poesía propia “Obrador de versos” (1991), “Ocaso en Copán” (2002),   y dos de traducciones (El reverso de la luz: cuatro poetas húngaros”(1999) y “Para el corazón que no duda – breve antología del Haiku japonés” (2005) además de ensayos en revistas. Vive en Cali.





El mundo de la palabra hermosa


Es inmenso ,  redondo como un plato.

En él navegas sin peligro
junto a tus más amadas islas,
pero si te aventuras hacia lejos,
te esperan  monstruos anhelantes:
se nutren de viajeros temerarios,
que arrastran al abismo.

Quienes han ido mar adentro
muy rara vez regresan.

Los que han vuelto se esconden en silencio,
o se dedican a otra cosa.


El Baño de las Serpientes


En desagravio por un odioso nombre de lugar

puesto en el Huila  por un colombiano y un español

en la primera mitad del siglo XX


Amanece y es fría la roca de granito.

A la media mañana ya el sol la ha calentado,
y van llegando las serpientes,
las ranas, los lagartos
a recobrar el brío
que les robó la noche.

Uno por uno
se zambullen después en el arroyo
y vuelven a la roca.

Luego de un tiempo
desaparecen.

De lejos los humanos asombrados
contemplan los rituales
de los dioses reptiles.

Los escultores sueñan.

Llegan a oír al agua susurrando
su amor por esa dura corteza donde fluye.
Cómo quisiera quedar en reposo
sobre la superficie.

Cómo hacer duradera la caricia
de la peña, del viento, del sol y de las aguas
sobre los verdes cuerpos de la vida.

Sueñan cambios de piel sobre la piedra
en un baño sagrado.

Ya despiertos comprenden
la labor necesaria.

Las formas van surgiendo.
Aparecen estanques y canales.
El granito se puebla de recuerdos de dioses.
Ya no es apenas una roca –
es un lugar de ceremonias,
un sitio de mudanzas bajo el cielo –

y los reptiles vuelven y lo habitan.



Labores transeúntes

1

Soy una araña.

El viento, los fantasmas y la noche
me acompañaron
a tejer esta red entre las hierbas,
esta estrella de seda.

La hostil piedad de la neblina
ha puesto en ella alertas de rocío.

El sol radiante verá mi homenaje,
y volverá invisibles
mis artes cazadoras.

2

El sol reciente palpa
las curvas de las lomas.

Un vaho se levanta de la tierra
contra la luz, velando la ladera.

Han desbrozado ayer  el campo.

No hay hojas verdes ya para el rocío,
sino trampas de seda.

Toda la noche las arañas
han estado tejiendo entre los restos
de helechos y de moras.

Y las gotas se quedan irisando
en las artes translúcidas.  

Pero las cazadoras
buscan más que esas joyas cristalinas.

Todo termina cuando
llegan las ruedas de las carretillas
y las húmedas botas
de los que vienen a iniciar la siembra.

3

Soy una araña.

La noche compañera
renueva en su alambique
recuerdos, frases, experiencias.

Con los hilos del sueño
voy tejiendo palabras en el alba.


Wadaiko


Bailan tambores
suena el mar en las rocas
el sudor brilla

recuerdos en los ojos
de paisajes distantes

Entre las olas
la sombra de los truenos
relampagueo

de flautas entre el ritmo
ágil de los rompientes

Una voz vibra
convocando a los vientos
sobre la escena

Un tifón se desborda
en la noche corpórea


Caracas

Una mulata baila.

Se hizo mujer danzando desde niña.

Su ropaje de nieblas, harapos y retazos
cubre a medias un brillo
de sudor en la piel y pedrería.

Ignora los ayeres;  de mañana
conoce un sol temprano y el rocío.

Sus joyas tienen formas y nombres de carnívoros.

Largas cintas y cuentas de colores
palpitan con el ritmo de su cuerpo.

Ciertas tardes, un vaho de lluvia la refresca;
sabe que tras los montes
el mar la está esperando.




El pintor de los cielos cotidianos


Arma temprano en el taller un palio
tan grande que lo debe colgar del cielo raso.
Comienza con paleta de oro y gris, azul, rosas.
Después borra los rojos y no deja
sino al sol. Y comienza sus incansables juegos
de nubes. El espacio se le llena
de pentimentos blancos y de tonos fugaces.
A veces lo resuelve por un tiempo en azules.
Al mediar de la tarde, cambia la luz a oblicua;
vuelve a sacar el oro y pone un borde
brillante a los más turbios altocúmulos.
Luego le da la trágica y acude a los violetas.
Hace una fiesta última de cálidos y fríos
entre fucsia, naranja, gris profundo, y decide
un remate de negro marfil y ultramarino.
Allí culmina su ejercicio con estrellas
en un fondo turquí, mas unos cuantos
ecos de luminarias urbanas en las nubes.





16/12/09

Álvaro Burgos Palacios




Nació en Bogotá. Vive y trabaja en Cali.
Magister en Estudios Políticos, Pontificia Universidad Javeriana, Cali. Especialista en Mercadeo de la Universidad Icesi, Cali. Abogado de la Universidad del Cauca, Popayán.
Se desempeñó como director de Comunicación y prensa de Tecnoquímicas, Cali.
En poesía ha publicado Algarabía, Ediciones El canto de la cabuya, Cali, 1991. Aparece en Quién es quién en la poesía colombiana, Ministerio de Cultura, El Áncora, Bogotá 1998; Antología de la poesía colombiana, Biblioteca Familiar, Presidencia de la República, 1996; Panorama (inédito) de la nueva poesía en Colombia, Procultura, Bogotá, 1986; Antología de grandes reportajes colombianos, selección de Daniel Samper, cinco ediciones; Obra en marcha, La nueva literatura colombiana, Colcultura, Bogotá, 1975 y Cesta de recuerdos y otros cuentos, Instituto Cultural de Popayán, Popayán, 1974.
Elaboró en El Tiempo, abril de 1967, la primera antología que bautizó la Generación sin nombre.


 Fuego soleado

Como curvatura de violín
se dibujó tu cintura,
camino al lecho bajo el sol.
Despreocupada y feliz,
regalabas,
como un don bajo el fuego soleado,
la belleza de tu cuerpo,
apenas descubierto.
Lo sabías.




Habitaré tu cuerpo

Tú, la que congregas las aguas;
La que escoge arenas como disponiendo un lecho;
La que hila cadáveres de mariposas;
Enraiza las semillas y practica el hondo rito.

La mujer exacta para guardar con ella los cofres de la memoria
Y partir navegando
Como si tras la verificación del dolor,
El itinerario de abandonadas noches,
El inclemente filo de la angustia que
Se agazapó por las paredes,
Enunciara
el primer augurio:
Esta subordinada aceptación de la soledad.



Como un caballo de reyes

Estoy imaginándote entrar al agua.
Me basta el nombre de tu cuerpo,
la soberana presencia de tu nuca
que todo lo gobierna. Para que estallen piernas y senos contra la gobernada marea que todo lo hará diamantes de oro.
Te veo como si cada pierna poseyera
el fuste de un templo del alto Egipto
y las cóncavas vehementes de tu cintura fueran los recodos de una virgen núbil escapada sobre un caballo de reyes.
El empuje de tus caderas puede arrastrar un buque de madrugada.
No he terminado de morir
por el vigor de tus nalgas esféricas
o la indócil cobertura de tu cabello.
Para viajar por las honduras de tu vientre sólo tengo que ver el engranaje
que concluye en tu ombligo.
Para saber de ti,
debo alzar la mirada
encima del océano
y eres toda poder, toda belleza,
toda alegría de estar viva.



18/11/09

Germán Cuervo


Nació en Cali. Ha vivido principalmente en Bogotá, Berlín, Barcelona. Actualmente reside en el  macizo andino, en una cabaña colgada de una montaña.
Ha obtenido varias distinciones literarias, entre otras, el premio de poesía Jorge Isaacs,  2006.
PUBLICACIONES
-       Los indios que mató John Wayne, cuentos Editorial Oveja Negra, 1985.
-       Historias de amor, salsa y dolor, antología de cuentos de escritores salsómanos, Cuervo Editores 1989.
-       El mar, novela, Plaza & Janes, 1994 ( segunda edición Universidad del Valle 2007)
-       El viento en la balanza, premio de poesía Jorge Isaac 2006.
-       El sofá, poemas, editorial Perro que ladra 2009.

   

POEMAS BAJO LA LLUVIA     


NO ME HALLABA


no me hallaba en ninguna
parte bajo la lluvia                                                                           
la tarde sumergida se
refrescaba en un dichoso fango de hipopótamo                
caminaba entre estacas                                                                  
invulnerables
siguiendo el rastro del calvo elefante                                               
el payaso bajo el carromato
lloraba
por los devaneos de la mujer araña
mi corazón flotaba en un desierto de aserrín
me hallaba donde ya no
se hallaba el circo

      EL PARAGUAS Y  LA MANO

el hombre no se halla bajo la lluvia
desaparece debajo del paraguas
la mano se halla bajo el paraguas
en el aire navega sola
con nado de pato en el hueco de miedo
la mano se aferra al paraguas para no caer

AGUA CERO

las nubes escuchan el ruido de la montaña
mientras llueve se detiene
el trazo perentorio del día
espero que escampe en casa de la tejedora
sólo oler, escuchar cómo se va mojando esta tierra roja           
nada más que hacer
solo oler y escuchar
la lluvia monocorde y monotemática
la danza de los techos y la ciudad
las puertas se abren a otras
las ventanas a otros puertos
a otros paisajes
en esta diáfana paciencia se inclina
un abanico en bandada de loros
sobre el firmamento  de nácar, en silencio
en profundo espejo
hay un río abundante en el corazón

                     ( Los poemas Bajo la lluvia, fueron tomados del periódico Viviendo Santa Helena)                                                                                             


9/11/09

Ana Milena Puerta



Comunicadora social caleña, con especialización en Gerencia para las Artes. Ha publicado los siguientes poemarios: Acto de Palabras (1986, Ediciones Museo Rayo), A contrapelo (1992, Ediciones Universidad del Valle), Galaxia triste (2002, Ediciones Universidad del Valle) y De parte del Amor y de la Guerra (2007, Cuadernos de Poesía, Universidad Nacional). Libro de relatos: Memorias en el Cuerpo (2007, Médicos Sin Fronteras-Bélgica).
Premios: Premio Internacional de Poesía Erótica (2000, Fundación Plexus), Primera Mención Concurso El Brasil de los Sueños (2007, IBRACO) categoría cuento.


(De parte del amor y de la guerra)


POEMA DE AMOR


Este es un poema de amor
para un almendro
que quiere ir de cabeza
por mi ventana
y recordarme
la infancia de patios con almendros
y caracoles de tierra
donde una niña degollaba hormigas
atraídas por el azúcar
de sus manos.
Este almendro salado
- que mira al mar-
reconoce
los ojitos asesinos
de una infancia verde
que ahora
tengo instalada en el sol
abrazador de sus hojas.
Como si de esos días
solamente nos separara
media hora.




BIENVENIDA

Soldados:
La guerra no terminará antes que sus cuerpos.
Pueden dar aviso a mujeres, novias y amantes
a las soñadas y a las reales,
porque no llegará a sus regazos
ni una partícula de piel intacta;
la guerra es el destino, el camino y el fin.
Y es larga,
más extensa que todos nosotros.
La guerra nos consumirá con su canto de fusiles
nos despojará de emociones
tan banales como el amor;
solitarios y en alerta siempre
serviremos a sus intereses
y volcaremos en ellos
la pasión, la rabia, el odio y el dolor.
Bienvenidos a la guerra.
Ella premiará con honores y medallas
la existencia trunca
                                de su generación.




NOTICIAS DEL FRENTE


Dijeron que era de Bazora
o de Mapiripan,
que cayó en el combate
de manera accidental.
Tenía hijos y un perro
sembró flores
cantó a sus niños en las noches
y planchó miles de veces las camisas;
hizo de la pobreza su estación,
con la miseria sonrisas
y panes tiernos en las mañanas.
Dijeron que era del Chocó
o de Bagdad
que todo fue un error militar.
Pero no lograron engañarnos:
Esa mujer tendida en su sangre
somos nosotros y no población civil
como dicen que se llamaba
como nos quieren nombrar
para sepultarnos en una cifra
en un indicador
de sus derrotas.




8/11/09

Blanca Helena Muñoz Salazar


                               




Licenciada en Artes. Univ. Católica Femenina de Manizales.


Publicaciones en:

Revistas Plenilunio, Peldaños de arena y Boletín El Palabreo, de Cali, antología Línea de Encuentro de la Universidad Santiago de Cali. Xicóatl Estrella Errante, de Salzburgo, Austria y traducción al alemán.

CD de poemas. 

Libro inédito titulado “Jirones de palabras”.


Invitada: Feria Expo- erótica de Bogotá 2.003.

Feria Internacional del Libro de Bogotá. 2.006.

Feria Internacional de Poesía de Granada, Nicaragua 2.006.

Finalista VIII Festival de Arte  de Cali. 2.008.


Miembro activo de El Palabreo, Universidad Santiago de Cali y de la Fundación Plenilunio de Cali.



Uno

Muertos los troncos,

guarecen su mortaja

en las cabañas.


Dos

La gota sueña

una lágrima en vilo.

Llega el olvido.


Tres

Nacer del río

entre piedras y lianas.

Donde su muerte?


Cuatro

Odre sin vino,

añejo tu recuerdo,

soy el silencio.


Cinco

¿Serás de nuevo

playa de arena blanca?

Piensa el sunami.


Seis

Hasta el ocaso

el canario en secuestro

canta libertad.



Siete

Jabón en bombas,

en la huida deshacen

risas de niño.






Ocho

La adormidera

despertará sin bullla

las guacamayas.


Nueve

Dejo las flores

tal como están y lloro,

en su pañuelo.


Diez

En la sirena

viene el tren y el humo

no ve el paisaje.


Once

Los ruiseñores

desentonan su canto;

muere el plumaje.


Doce

Olor de camia

se derrama en mis pechos;

somos tan leves.


Trece

Yo, abeja , panal,

con miel entre mis manos  tu piel duerme


Catorce

En esta luna

para quién envejezco?

Fui siempreviva.


Quince

Busco y encuentro

de cuatro hojas el trébol

¿Dónde mi beso?





7/11/09

Carlos Vásquez – Zawadzki


(Tumaco, Colombia). Profesor Titular de la Universidad del Valle, en Cali, vinculado en la actualidad a la Facultad de Comunicación y Lenguaje de la Universidad Javeriana, en Bogotá. Estudios de Literatura en la Universidad del Valle, y de postgrado, Maestría y Doctorado, en las Universidades de Toulouse y Montaigne, Bordeaux, Francia. Periodista y editor (obras de Jorge Zalamea, Enrique Buenaventura, Tomás Quintero, Arturo Alape…); investigador en los campos crítico-literario, teatral y comunicacional-cultural. Premio de Crítica contemporánea “Manuel Cofiño”, La Habana, Cuba. Poeta, ha publicado los volúmenes Diario para Beatriz, La oreja erótica de Van Gogh, Tercer laberinto – cartografías poéticas, Liberaciones, Sol partido en la naranja, Tiresias y su cayado y otros poemas, Rotaciones y Amares. Fundador con el Maestro Enrique  Buenaventura de la Escuela de Artes Escénicas de la Universidad del Valle. Director de estudios de postgrado y de la Escuela de literatura y Decano de Cultura, en la misma institución de educación superior. Director-editor de las revistas Poligramas, Caliartes, Letras del Sur y Plumadas (virtual). Autor de los volúmenes Ensayos de teoría literaria, Trabajos poéticos, El reino de los orígenes, Estanislao Zawadzki, Cartografías culturales, País de Memoria – Diálogos con Arturo Alape y Augusto Rodin – pensar con las manos (biografía). En proceso: Baladas, De tres en tres labios, Alfabetos imaginarios, Ojos de mar (poesía); Operas primas narrativas I, Lecturas musicográficas de relatos de G. García Márquez, Evaluación múltiple de Arturo Alape  y Lecturas de ‘Los ojos del Basilisco’ de Germán Espinosa (ensayo). Trabajos suyos han sido traducidos al inglés, francés, hebreo, italiano y portugués. Intervenciones en el exterior: West Georgia University: sobre narradores y poetas colombianos; Université de Toulouse: seminario sobre literatura contemporánea colombiana; Atlanta University: sobre literatura y poder; Universidad Alberta: sobre el teatro de E. Buenaventura; Uneac y Universidad de la Habana: sobre A. Carpentier; Universidad Central, Ecuador: sobre historia y literatura colombianas contemporáneas; Université de Toulouse y Universitá di Bergamo: seminario sobre literatura colombiana del siglo XX. Participación en Congresos Jalla y Colombianistas.- Asimismo Jurado en Concursos literarios nacionales e internacionales.


TABLA


Tráeme una bujía y un papel
Rostro amado de agua dulce
Mareantes sobre restallantes playas
Te reconozco en tu nocturna claridad
Señalas caminos de aire y quemadura
Tu sexo es pulpa rosada
Nos miramos al espejo azul
Se adormece la trenza dorada
De agua tierna son mis caricias
La lluvia se desvanece
Solitario en mi decir
Desatas tu rubia trenza perfumada
Muerdes esa crujiente manzana roja
Parpadeas instantes de luz
Se transparenta el día
Viento de sal, espesuras y coral
Luz quemada, estación violenta
Al oído me hablas y descifras
Mis manos sobre tus pechos
Todo de ti, maravilloso
Esas melodías de flautas y bongoes
Cierras los ojos en sombras
Nada detenemos
Duermes a mi lado y viajas
Derramas tu roja copa de vino
¿Quién canta sobre nuestras cabezas?
Te llamo delirante en sueños agitados
Dialogamos con blancas voces
La tarde se inclina dorada

     --Acaricia mis pechos de ternura
     --Mide el tiempo con tus manos, amado
     --Olvido su rostro por momentos
     --Enamorada, apresuro mis pasos
     --Dibujo con pincel y tinta china
     --Abres mis manos, amor
     --Juegos de agua, calambures de manos
     --¿Será, me pregunto…
     --Mi cabeza sobre tu pecho de agonías
     --¿Recuerdas nuestras risas nocturnas?
     --Tus manos me escalan ritmos y melodías
     --Ecos de piel de tambores en el recuerdo
     --Tus ojos se comen lejanías y horizontes
     --Canto, salto, danzo, me palabreo
     --La polonesa de Chopin juega, se desliza
     --Tres días sin verte, amado
     --Suavidad de tus mejillas
     --En mi corazón latido y recuerdo
     --En mi respiración se agita una isla
     --Crujen, estallan los secos maderos
     --Soy agua dulce silenciosa
     --¿Navegamos, amor, hacia alta mar?
     --Con este tibio vino de Languedoc
     --¿Me escribirás amado mío?
     --Mi cuerpo es sólo pensamiento
     --Te espero en luz de luna
     --Tormenta de agua y fuego
     --Busco una palabra perdida

A mi lado dormita una deidad
Es un silente hilo de agua
Encuentra entre mis palabras
Escribe con mi mano tu ternura
Abres con tu mirada un camino
Entra por tu ventana luna creciente
Dioses del agua y la rosa
En la madrugada nacen trinos
Desnuda frente a la mar nocturna
Tu espalda de agua mar y arena
La guitarra rasga jarchas
Trae, trae la miel de tu voz
¿Muero de mi soledad?
Ave nocturna, vuelas en redondo




Te reconozco en tu nocturna claridad,
piel de deseos circulares
y libro de cantares memoriosos:
aromas
             y
                 caricias
                               de
                                     estremecimientos,
respirándonos en certezas y abismos.







Nos
miramos
al espejo azul
de
la noche estrellada:
creciente
               luna
                        balbuciente
de
bocas y sombras
se
    esconde
                  a
                     tu
                          espalda.


6/11/09

Javier Tafur


Cali 1945

Abogado, realizó estudios de Antropología en París. Ha publicado varios libros: La Luz en la Pupila, Oficios existenciales (novela) .

" Poemas", " Travesuras y Silencios" , Vara de Premios, Cuentos para Kremer, Inquilinos del sueño y Duenderías (cuentos). Ocarina (Poesía). La ardilla en el Maizal, Alúa, El Hombrecito, La Jáquima Dorada. Ha merecido mención en los Concursos de cuento de la Revista Eukóreo (Cali).

POESÍA Y ESPERANZA MÍA

Con ésta, mi inquieta, interrogada alma,
y escuchando nuestro diálogo interior,
en la buscada región de la calma,
medito y me figuro un mundo mejor.

¡Ay, Poesía!, fuerza y esperanza mía,
¿qué sería si yo no te tuviera?
¡Y cuántas veces que sin ti muriera,
pues tu me has redimido en agonía!

¡Ay! ¡Corazón! ¡Cuerpo! ¡Desolación!
¿Qué sería del calcio de mis huesos?
¿Qué sería de mi en esta prisión?

-¿Qué fuera, qué, sino fuera expiación,
sueño, vivir esos bellos momentos?
-¡Ay! poesía que das la redención.

ORFEO

Escuchando la ópera me pregunto,
¡Ay!, por la ley inexorable y severa,
que al ser vivo lo gobierna y le espera,
de amanecer, y atardecer difunto.

¡Ay, destino doloroso y funesto!
¡Ay, ley severa, dura, inexorable!
¡Ay, ser fuerza oculta, cruel e implacable!
Y el eco repite: “¡Cruel y funesto!”

Inquiero por mi poesía, ¿es posible?
¿Cuál es, pluma, la victoria del verso?
Como Orfeo, ¿tendré el poder de la lira?

Por esta sentencia el hombre delira;
rayo fugaz alumbra el universo.
Nada a su brevedad es oponible.

ALGO ASÍ

Mi alma, que es leve soplo, débil llama,
sabe sutil lo que espera de su aura:
encontrar armonía con natura,
responder al llamado que la llama,

aunque algo siempre nuevo la tortura,
y algo desconocido la reclama;
ese algo que en la tarde se derrama
y que extiende al confín la noche oscura.

Algo se abre incitante en horas bellas
y se apaga triste con las lágrimas;
un esperar así desconocido.

Algo muy extraño y eterno yo he sentido,
que tienen los vivos y las ánimas
y brilla fulgurante en las estrellas.


5/11/09

Laureano Alba


Poeta y novelista
 

Poemas

"Poemas". 1972.  

"Averiguaciones.1976.

"Poemas Eróticos". Colcultura.1978.

"Golpes de ciego". Universidad del Valle. 1984.

"Manual para violentos" .2002

"Paisaje del tiempo" 2005

"Poemas Bárbaros" En preparación.


Año 2008.

Recital de "Canción y poesía" en el Festival internacional de la cultura.

Tunja, En este Festival estaba como invitada Mercedes Sosa


Verano del 2005

Hace una gira por Europa en un recital de "Canción y poesía". Sus recitales fueron presentados en la Suiza italiana la ciudad de Lugano, luego Lucerna y Zurich. Posteriormente su poesía es conocida en Arhnem Holanda y en la ciudad de Colonia Alemania 

Julio del 2001

Su recital es presentado en la Catedral de St Joan Baptiste de la ciudad de Montreal (Canadá) haciendo parte de una serie de actos por la Paz en Colombia hechos en Londres Paris, Madrid  y Bogotá

Marzo 2000
Su poesía es presentada en  "Trinity College" (Hartford, Con). En la Universidad de Connecticut en New Haven y en la ciudad de Nueva York

1998

Es finalista del Premio nacional de Poesía del Ministerio de Cultura y su poesía es calificada como sobresaliente. En 1999 aparecen publicados tres de los poemas de su último libro "Revelaciones" traducidos al Alemán. En el año 2000, son traducidos seis relatos breves al alemán.



POEMAS BÁRBAROS


Ahora me río de los espasmos
de dinosaurio del capital

Ahora me río de los espasmos
de dinosaurio del capital y sus halagos
que me hicieron soñar con un lujoso
"Jaguar", ese descapotable,
que de tanto parecerse
a una nave espacial, me colocó tantas veces
en la órbita  de un armadillo de oro y plata
dejando a mi novia -a la que tanto debía
por darme su corazón- mirando un chispero,
pues yo daba la vida solo por mi descapotable.

Ahora sueño con rescatar a mi novia
cerca de una banca de parque para mirar
a los luceros como suelen hacer los enamorados.

Y mostrarle las estrellas que ella vio
habitando mi corazón.






Cuando la risa y la fiesta
sea un asunto de humanos

Cuando la risa y la fiesta
sea un asunto de humanos
como parece ser el oficio de la hienas
-que en sus carcajadas
nos ponen la piel como arroz-
habremos aprendido algo
de lo que son algunos de los cantos
que tiene la naturaleza.

Entonces partiremos hacia otros rumbos.
Hacía el lugar en el que habitan
huracanes y centellas
y algo iremos dejando para nuestra sabiduría.

Estaremos precisos en el lugar
de las primeras significaciones.

Diremos que es una forma de la santidad
el poder comprender todos los sonidos

Y el viento arribará hasta la cúspide,
en donde abrazaremos a todos
los que ríen y los que lloran,
como si aún fuéramos hermanos







    De la nostalgia
     
    Si quieres una verdad
    De la nostalgia,
    que eso es para las
    verdaderas
    hembras  como son las
    anacondas
    que  las verás por las
    selvas de lo que ha sido
    mi patria
    moviéndose
    entre los largos
    estambres
    del tiempo
    y así descubrirás
    el gran acierto de la
    primavera
    que está a sus
    orillas
    esperando nacimientos
     
    Allí estarás sin que el corazón
    tiemble
    Ni diga incertidumbres
   
     
    Las hembras de mi
    tierra
    siempre cantan cuando
    se les viene encima el
    cielo
     
    No es otra cosa que
    mirarlas,
    Mientras pasa el
    tiempo
    Desde hace siglos
    Y los vampiros salen
    De sus madrigueras.
     
     
     
    Camino por Ámsterdam
     
    Camino por Ámsterdam.
    Voy detrás de un lucero como si
    fuera
    Un kamikaze.
    Busco todo lo que tiene de
    maravilla
    Las bellas putas, hermosas,
    para qué negarlo,
    parecen un pañuelo de novia
    detrás de las vitrinas
    en las que se lucen
    como un bizcocho
    y yo que de niño
    me imaginaba otras cosas
    cuando se trataba de ir donde las
    putas
    pero son los tiempos hermano
    que nos deslumbran
    y los muchachos fuman
    la marihuana traída de mi
    patria
    de la Sierra Nevada
    que es cosa berraquísima
    y yo solo busco el paradero
    del filósofo Spinoza que fue un
    santo
    se jodió las manos
    brillando espejos,
    disciplinado y cauto
    como son los de su sangre
    y escribió grandes libros
    hablando sobre Dios y la
    Ética,
    que es una cosa de asombro en
    estos
    tiempos
    querido hermano.
    Nadie me da razón y yo me
    quedo
    Mirando por entre los canales
    Por los que pasan pájaros
    Que no tienen noticia de nada
    Y el tiempo es solo una miserable
    barca
    Que va dejando una estela
    Sobre el agua.
    Sin que nadie de cuenta
    de qué es lo que nos
    pasa.