TABLA
Tráeme una bujía y un papel
Rostro amado de agua dulce
Mareantes sobre restallantes playas
Te reconozco en tu nocturna claridad
Señalas caminos de aire y quemadura
Tu sexo es pulpa rosada
Nos miramos al espejo azul
Se adormece la trenza dorada
De agua tierna son mis caricias
La lluvia se desvanece
Solitario en mi decir
Desatas tu rubia trenza perfumada
Muerdes esa crujiente manzana roja
Parpadeas instantes de luz
Se transparenta el día
Viento de sal, espesuras y coral
Luz quemada, estación violenta
Al oído me hablas y descifras
Mis manos sobre tus pechos
Todo de ti, maravilloso
Esas melodías de flautas y bongoes
Cierras los ojos en sombras
Nada detenemos
Duermes a mi lado y viajas
Derramas tu roja copa de vino
¿Quién canta sobre nuestras cabezas?
Te llamo delirante en sueños agitados
Dialogamos con blancas voces
La tarde se inclina dorada
--Acaricia mis pechos de ternura
--Mide el tiempo con tus manos, amado
--Olvido su rostro por momentos
--Enamorada, apresuro mis pasos
--Dibujo con pincel y tinta china
--Abres mis manos, amor
--Juegos de agua, calambures de manos
--¿Será, me pregunto…
--Mi cabeza sobre tu pecho de agonías
--¿Recuerdas nuestras risas nocturnas?
--Tus manos me escalan ritmos y melodías
--Ecos de piel de tambores en el recuerdo
--Tus ojos se comen lejanías y horizontes
--Canto, salto, danzo, me palabreo
--La polonesa de Chopin juega, se desliza
--Tres días sin verte, amado
--Suavidad de tus mejillas
--En mi corazón latido y recuerdo
--En mi respiración se agita una isla
--Crujen, estallan los secos maderos
--Soy agua dulce silenciosa
--¿Navegamos, amor, hacia alta mar?
--Con este tibio vino de Languedoc
--¿Me escribirás amado mío?
--Mi cuerpo es sólo pensamiento
--Te espero en luz de luna
--Tormenta de agua y fuego
--Busco una palabra perdida
A mi lado dormita una deidad
Es un silente hilo de agua
Encuentra entre mis palabras
Escribe con mi mano tu ternura
Abres con tu mirada un camino
Entra por tu ventana luna creciente
Dioses del agua y la rosa
En la madrugada nacen trinos
Desnuda frente a la mar nocturna
Tu espalda de agua mar y arena
La guitarra rasga jarchas
Trae, trae la miel de tu voz
¿Muero de mi soledad?
Ave nocturna, vuelas en redondo
Te reconozco en tu nocturna claridad,
piel de deseos circulares
y libro de cantares memoriosos:
aromas
y
caricias
de
estremecimientos,
respirándonos en certezas y abismos.
Nos
miramos
al espejo azul
de
la noche estrellada:
creciente
luna
balbuciente
de
bocas y sombras
se
esconde
a
tu
espalda.
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